Hace unas semanas el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio a conocer el tarjetón con el cual los colombianos elegirán los congresistas que guiarán al país en los próximos cuatro años.
Pero el CNE no ha avanzado en el cumplimiento de la ley, en la parte de inclusión, ni en los requerimientos que tiene la sociedad.
Según un informe del DANE del año 2018 (antes de la pandemia) en el país había casi 2 millones de personas con analfabetismo, esto sin mencionar las personas que tienen problemas de memoria, para quienes puede ser difícil memorizar números, letras y logros entre otros, los cuales deben confiar en un tercero para depositar su voto, pero muchas veces no quedan como ellos quieren o salen nulos.
Para que no pase esto, los tarjetones deben ser claros y tienen que brindarle la mayor información al sufragante como la foto de los candidatos, el nombre de cada uno, el número, el nombre del partido al que pertenecen y su logo.
Igualmente, en la coyuntura del covid, el gobierno debe hacer un esfuerzo para mostrarles a los ciudadanos las propuestas de TODOS los candidatos por los diferentes medios de comunicación. "Que es deber del candidato y no del Estado" dirán algunos, pero si los ciudadanos no tienen la información clara de cada uno de ellos no tendrá el suficiente criterio para elegir al que tenga las mejores propuestas.
Por último, y no menos importante, los candidatos al Congreso deben prometer cosas que puedan cumplir y no engañar a los electores con propuestas falsas. Este tipo de acciones deberían tener un castigo por parte del Estado.
