En estos días se vio circulando por los diferentes medios de comunicación y las distintas redes sociales la invitación al lanzamiento del partido político de las farc, grupo que hasta hace unos meses eran un grupo ilegal que le causaron un sufrimiento atroz tanto a una ciudadanía como tal, como a los ciudadanos amenazando, secuestrando, robando y matando en todas las regiones del país.
Aunque estoy agradecido con los negociadores de ambos bandos por haber llegado al final de un conflicto que duró tantos años y dejó tantas víctimas, aún no es el momento que parte de la sociedad les dé el voto a este grupo político.
Primero les hace falta demostrar que de verdad quieren reparar a las víctimas, pero con esto no quiero decir que con las cucharas y escobas que tienen, las cuales fueron puestas a la luz pública por la Fiscalía, sino que en su primer periodo en el congreso hagan las cosas necesarias para reparar al pueblo afectado por ellos.
Por otro lado es necesario que este nuevo grupo político diga la verdad sobre las tierras y el dinero que tienen para reparar a las personas. Pero es el Estado quien verdaderamente debe reparar a las víctimas.
Pero muchos de los políticos y de los voceros de los partidos deben guardar silencio frente a esta declaración de bienes, ya que ellos deben mirar dentro de sus colectividades quienes se han enriquecido ilegalmente desde sus cargos públicos y honorables.
Todos y cada uno de los políticos se levantarán las vestiduras pero solo por poner un caso está este:
Álvaro Uribe en su famosa finca El Ubérrimo se adueñó de tierras baldías. No tiene que ser un juez quien le mande devolverlas a este, debe ser su conciencia, si es que tiene, quien le diga que lo que no es suyo no debería ni tocarlo, como lo hacen los rateros.
Este y otros casos que son de público conocimiento. Para exigirles a las farc deberían ver la paja dentro de sus partidos. Las farc eran los malos del partido, pero ustedes, los políticos son los buenos, aunque muchas veces no lo parezca.
Veremos que acontece con este grupo político y con la honestidad de los actuales.